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Intenté escapar de las palabras. Quería crecer. Tal vez lo haga con ellas. O tal vez agarre la mano de Peter para siempre.
No aguanté. No sé si ellas me pertenecen o yo les pertenezco a ellas. Me tienen calada.

miércoles, 15 de marzo de 2017

Ya no. Y la vida de Mía y Sebastian.

Ya no habrá caídas cuando hablo pareciendo de Constantina o de ti. Ni letraos. Ni bueno hijo. Ni acho. Ni cualquiera de las palabras que yo siempre creía que eran inventadas. Ya nadie me llamará Preciosa perla rara. Ni Mina. Ni Linda. Ya no soy tu Mia Wallace. Ni Carmen SanDiego. Ni la prota de Flashdance. Ya no soy tu Cleopatra. Ya no somos ellos. Cleopatra y Marco Antonio. Ni tú mi Alejandro Magno. Hank Moody y Karen. Batman y Rei. Finn y la Princesa chicle. Campanilla y Cojín. Ni Judy Hopp y Nick Wilde. Ya no habrá zorrinejos . Ni Suzy y Sam. No somos los críos de Submarine. Tampoco el skater y la enfermera del cuadro que te hice. Ni los protas de Azuloscurocasinegro. Ya no tengo mejor amigo. Ni Co-protagonista.  Ya no tengo Cashorro. Ni sexxxy. Ni a mi chico de catálogo. Ni voy en tu cartera.


Ya no subo la cuesta 
que me lleva a tu casa. 
Ya no duerme mi perro junto a tu candela. 


Ya no viajaremos a Marte. Ni al cuarto de la plancha. Ya no hace pop tu pie. Y nuestro semáfono no es más que un semáforo más que ya no recuerda que cambiaba de rojo a verde mil veces antes de conseguir despedirnos. Ya se le olvidaron todas las veces que pasé por allí, de madrugada, de vuelta de ti. Hasta cuando llovía. Hasta cuando helaba. Hasta cuando los zapatos me hacían daño. El teléfono hamburguesa no será el fijo de nuestra casa. Nadie te hará el bocadillo de Elvis para decirte que nosotros éramos ellos: Wallace y Chantry, dos idiotas que quisieron ser amigos pero no pudieron, tuvieron que ser más. Mucho más. Se murió el cafuné. El Ña: nuestra forma universal de decirnos te quiero. No habrá 9 de noviembre ni será dulce. Ni posits entre las hojas de cualquier libro. No llevaré en el vientre a Zion y Selah. No les tocarás para dormise canciones de Lauryn Hill. 

Ya no llevaremos la venda
Buscaremos respuestas
Moriremos de amor


No veremos el Jerte en primavera. Ni la nieve en semana santa. No iremos juntos a Madrid a ver al Hombre Viento. Ni al Perro Viejo. Ni al Nazca. Ni a Disneyland. Ni al de Harry Potter ni al de Lego. Se nos han quedado mil películas por ver. Y por ir a ver. La maratón de los Oscars. No he podido estrenar a Eleven. Ni vestirnos a conjunto en tus carnavales. No te he visto conducir en el asiento del copiloto.Ni pondrás tu mano en mi muslo con mis piernas apoyadas el el reposapies. Ni me has llevado a esos 80 sitios de los que hablamos. Ni te enseñaré el extranjero, el mundo, la mirada amplia de la vida. No me enseñarás a montar en bici. Ni comeré pollo al sarmiento. Ni habrá más regalos esperando la emoción del otro. 


Ya no habrá canción ni bailes de pasión
Los ojos que ahora miras, no los veo yo
Ya no seremos para siempre,



Ya no sueñas conmigo cuando sueñas bonito. Nuestra memoria sensorial sufrió amnesia. Ya no busco tus venas. Ya no me miras mientras lloro de emoción (en cualquier concierto, en en cualquier cine, en cualquier momento) absorto, enamorado. Ya no soy arte en tus ojos.


Ya no "Ain't no sunshine when she's gone".  

Ya no soy para ti. Ya no te lo dice el viento. 




Las putas ruedas no aguantaron más, cariño. 





Ya no será
ya no
no viviré contigo
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir.

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