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Intenté escapar de las palabras. Quería crecer. Tal vez lo haga con ellas. O tal vez agarre la mano de Peter para siempre.
No aguanté. No sé si ellas me pertenecen o yo les pertenezco a ellas. Me tienen calada.

jueves, 19 de agosto de 2010

Un diamante. Y un meteorito


A la gente le gustan las cosas pequeñas.
Los cachorritos.
Las cajas minúsculas de joyerías que esconden diamantes.
Los pequeños detalles.
Lo bueno si es breve, dos veces bueno.
Los perfumes más caros vienen en frascos pequeños.
Las narices enanas.
Las mujeres de baja estatura (más manejables según algunos y amadas por los más altos).
Los libros de bolsillo.


Sin embargo, yo, con el tamaño de un puto bote de colonia barata. Yo.
Yo quiero quererte.
En cantidades industriales.


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