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Intenté escapar de las palabras. Quería crecer. Tal vez lo haga con ellas. O tal vez agarre la mano de Peter para siempre.
No aguanté. No sé si ellas me pertenecen o yo les pertenezco a ellas. Me tienen calada.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Removiendo los cajones. Y encontrando cadáveres

-¿Pero qué..? ¿Qué carajo haces tú aquí? Esto es mi ático, ¿entiendes? ¡MI ÁTICO!
- No vas a decir nada, ¿verdad? Para que cambiar..
- Quita esa sonrisa estúpida. Aquí nunca se sonríe. Esto no es un sitio bonito, ¿sabes? Aquí está toda mi mierda. Toda. Y más de la que crees existente. Estas son mis ciénagas. Tal vez por eso estés aquí.
-O la quitas o te juro que te la dibujaré eternamente. No. No es nada romántico. Siempre he querido saber qué se siente al resquebrajar la piel.
- No mires nada. Aquí todo es demasiado gris.Aquí todo es demasiado tormentoso. Demasiado. Jamás ha entrado la luz.
-¿Cómo coño lo has hecho? Querrás salir y no volver. Ni aquí. Ni a mí. Si abres cualquiera de esas cajas me quedaré vacía.
-Sí. Sola. Sin ti.
- Lo siento tanto. Tanto. Sabes que me duele más a mi que a ti. No tengo otra opción. Lo que entra en el ático jamás vuelve a salir.
-Bueno, sí. A veces soy capaz de abrir algo las puertas. Barro hacia fuera. Y aparece un atisbo de luz. Eso sólo son días especiales. Y mira a tu alrededor. Esto está tan lleno que la puerta ya no puede moverse.  Hay tanto polvo que apenas podemos respirar.
- No me mires así. Tiene que haber alguna razón. Y tiene que ser esa. Si estás aquí es porque no debo dejarte salir.
- Te encerraré con mi mierda. Juega con las cajas. Reordénalas. Siéntete engañado por descubrir quien soy. Por ver quién se esconde tras el flequillo. Siente miedo por haber compartido conmigo. Sí. Te darás cuenta de porqué escondo todo esto. Nadie querría estar a mi lado. Bueno. Eso ya es así.
- Te irás quedando sin oxígeno y morirás arropado por cada uno de mis interrogantes. Es mejor así.
- No te preocupes. Jamás contaré esto. Será el nuestro. Otro más que encerraré. No volveré por aquí hasta estar segura de que has desaparecido. No volveré a pronunciar tu nombre. Porque en las palabras reside la diferencia entre la posibilidad y el hecho.
-¿Sabes qué es lo peor de todo? Jamás había habido tanta luz como en este momento.
- Muérete. Por favor.

Por favor.
Por favor.
Por favor.
Por favor..

Cada ciclo respiratorio que gastes será como deshacerme de un poco más del peso de mis hombros.


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