Que venga el frío. ¡Qué venga! Ese que me entumece cuándo y cómo quiere. Ese que se encapricha de mis dedos y la punta de mi nariz. Que venga. Que me congele la sonrisa. Que me la haga eterna. Siempre receloso de ti. Y que le hago si rompes la escarcha de mi figura. Pintas mis labios de leña y metamorfeas la coca-cola en chocolate humeante.
Me elevas. Y me dejas caer en picado. Me tiendes desnuda con pinzas de la ropa. Me quemas. Arráncame las yemas de los dedos. Déjame sin identidad. Inérvame a tu sombra. Hazme vigilar tu descanso a los pies de tu cama. Sácame de paseo a rastras. Rápame. Arrebátame el orgullo. Reviéntame los oídos con canciones que no hablen de ti. Asalta mi ático sin permiso.Oblígame a tragarme mis principios inmutables.Imprégname de petróleo. Diviértete despojándome de mi piel. Déjame descalza en un suelo lleno de años de mala suerte. Abandóname en un descampado en el centro de la tierra. Lánzame en un cohete a 8914 años luz de tu mirada. Sírveme de tentempié a los tiburones. Arrójame por las escaleras mecánicas de tu columna vertebral. Viola los años que me quedan. Hazme luchar con putas en tu circo romano. Apuesta todo al contrario si es lo que quieres.
Eh, mírame.
Levanta esa puñetera cabeza y mírame.Sonrio.
Estás aqui. Conmigo. Sigo sonriendo.
Y hacer equilibrios a 4026 metros de altura entre los hilos de tu sonrisa.
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Intenté escapar de las palabras. Quería crecer. Tal vez lo haga con ellas. O tal vez agarre la mano de Peter para siempre.
No aguanté. No sé si ellas me pertenecen o yo les pertenezco a ellas. Me tienen calada.
viernes, 19 de noviembre de 2010
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Removiendo los cajones. Y encontrando cadáveres
-¿Pero qué..? ¿Qué carajo haces tú aquí? Esto es mi ático, ¿entiendes? ¡MI ÁTICO!
- No vas a decir nada, ¿verdad? Para que cambiar..
- Quita esa sonrisa estúpida. Aquí nunca se sonríe. Esto no es un sitio bonito, ¿sabes? Aquí está toda mi mierda. Toda. Y más de la que crees existente. Estas son mis ciénagas. Tal vez por eso estés aquí.
-O la quitas o te juro que te la dibujaré eternamente. No. No es nada romántico. Siempre he querido saber qué se siente al resquebrajar la piel.
- No mires nada. Aquí todo es demasiado gris.Aquí todo es demasiado tormentoso. Demasiado. Jamás ha entrado la luz.
-¿Cómo coño lo has hecho? Querrás salir y no volver. Ni aquí. Ni a mí. Si abres cualquiera de esas cajas me quedaré vacía.
-Sí. Sola. Sin ti.
- Lo siento tanto. Tanto. Sabes que me duele más a mi que a ti. No tengo otra opción. Lo que entra en el ático jamás vuelve a salir.
-Bueno, sí. A veces soy capaz de abrir algo las puertas. Barro hacia fuera. Y aparece un atisbo de luz. Eso sólo son días especiales. Y mira a tu alrededor. Esto está tan lleno que la puerta ya no puede moverse. Hay tanto polvo que apenas podemos respirar.
- No me mires así. Tiene que haber alguna razón. Y tiene que ser esa. Si estás aquí es porque no debo dejarte salir.
- Te encerraré con mi mierda. Juega con las cajas. Reordénalas. Siéntete engañado por descubrir quien soy. Por ver quién se esconde tras el flequillo. Siente miedo por haber compartido conmigo. Sí. Te darás cuenta de porqué escondo todo esto. Nadie querría estar a mi lado. Bueno. Eso ya es así.
- Te irás quedando sin oxígeno y morirás arropado por cada uno de mis interrogantes. Es mejor así.
- No te preocupes. Jamás contaré esto. Será el nuestro. Otro más que encerraré. No volveré por aquí hasta estar segura de que has desaparecido. No volveré a pronunciar tu nombre. Porque en las palabras reside la diferencia entre la posibilidad y el hecho.
-¿Sabes qué es lo peor de todo? Jamás había habido tanta luz como en este momento.
- Muérete. Por favor.
Por favor.
Por favor.
Por favor.
Por favor..
Cada ciclo respiratorio que gastes será como deshacerme de un poco más del peso de mis hombros.
- No vas a decir nada, ¿verdad? Para que cambiar..
- Quita esa sonrisa estúpida. Aquí nunca se sonríe. Esto no es un sitio bonito, ¿sabes? Aquí está toda mi mierda. Toda. Y más de la que crees existente. Estas son mis ciénagas. Tal vez por eso estés aquí.
-O la quitas o te juro que te la dibujaré eternamente. No. No es nada romántico. Siempre he querido saber qué se siente al resquebrajar la piel.
- No mires nada. Aquí todo es demasiado gris.Aquí todo es demasiado tormentoso. Demasiado. Jamás ha entrado la luz.
-¿Cómo coño lo has hecho? Querrás salir y no volver. Ni aquí. Ni a mí. Si abres cualquiera de esas cajas me quedaré vacía.
-Sí. Sola. Sin ti.
- Lo siento tanto. Tanto. Sabes que me duele más a mi que a ti. No tengo otra opción. Lo que entra en el ático jamás vuelve a salir.
-Bueno, sí. A veces soy capaz de abrir algo las puertas. Barro hacia fuera. Y aparece un atisbo de luz. Eso sólo son días especiales. Y mira a tu alrededor. Esto está tan lleno que la puerta ya no puede moverse. Hay tanto polvo que apenas podemos respirar.
- No me mires así. Tiene que haber alguna razón. Y tiene que ser esa. Si estás aquí es porque no debo dejarte salir.
- Te encerraré con mi mierda. Juega con las cajas. Reordénalas. Siéntete engañado por descubrir quien soy. Por ver quién se esconde tras el flequillo. Siente miedo por haber compartido conmigo. Sí. Te darás cuenta de porqué escondo todo esto. Nadie querría estar a mi lado. Bueno. Eso ya es así.
- Te irás quedando sin oxígeno y morirás arropado por cada uno de mis interrogantes. Es mejor así.
- No te preocupes. Jamás contaré esto. Será el nuestro. Otro más que encerraré. No volveré por aquí hasta estar segura de que has desaparecido. No volveré a pronunciar tu nombre. Porque en las palabras reside la diferencia entre la posibilidad y el hecho.
-¿Sabes qué es lo peor de todo? Jamás había habido tanta luz como en este momento.
- Muérete. Por favor.
Por favor.
Por favor.
Por favor.
Por favor..
Cada ciclo respiratorio que gastes será como deshacerme de un poco más del peso de mis hombros.
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Por mí. Y por todos mis compañeros
Las palabras me detienen y me acompasan. Resbalan entre mis dedos. Dan forma a mis ojos. A lo que no aprendieron a decir. Y vuelves tú. Aquí. Ahora. Entre órganos y silencio. Aquí. Ahora. Entre el tiempo que perdí y el que alquilé. No es sano hacerse esto. Dejarse embaucar por el carbón. No estoy aquí para esto.
Tengo una debilidad no se puede ocultar lo llevo en la mirada. Que sí. Que es inevitable. Que no creo poder pararlo. Ni sé si quiero. Que a veces se te cierran las puertas. Como el autobús a las 7:43 de la mañana. Como cuando no quedan de tu número. Como cuando se cuelga el cartel de aforo completo. Que la vida no es tuya. Ni tuya. Ni mía. Nadie sabe si mañana tendré una pistola encañonándome la nuca. Debo decirlo. Por eso debo decirlo. Y-O-U A-R-E G-R-E-A-T. Sí. Más que great. Más. Destiñes las nubes grises. Haces que rompa el tiempo con la risa que me obligas a descorchar. Y creo que eso que llaman cielo debería parecerse a tus abrazos.
Tengo una sirena que me canta en las noches largas. Las malas costumbres siempre vuelven según ella. Estoy tan malcriada.
Zorra salvaje, nunca deshace el equipaje. Así debería de ser. Debería.
Y aquí sigo. Esto no es lo que te mereces. Yo quiero más. Más. Empaparte los iris de melodías. Mecerte en los brazos de gigantes.Abrirte las puertas del ático.Ser tuya. Ser vuestra.
Quizás sea arriesgar demasiado. Podría perder todas las gallinas por contemplar el trigo. Esperándote.Extrañándote.Ser una zorra desnutrida. Asténica. Fácil presa de los cazadores.
¿Y perderme el momento de verte aparecer por el horizonte?
Que sí. Que si vuelvo; que si he vuelto, es por ti. Sin quererlo. Por tí.
Tengo una debilidad no se puede ocultar lo llevo en la mirada. Que sí. Que es inevitable. Que no creo poder pararlo. Ni sé si quiero. Que a veces se te cierran las puertas. Como el autobús a las 7:43 de la mañana. Como cuando no quedan de tu número. Como cuando se cuelga el cartel de aforo completo. Que la vida no es tuya. Ni tuya. Ni mía. Nadie sabe si mañana tendré una pistola encañonándome la nuca. Debo decirlo. Por eso debo decirlo. Y-O-U A-R-E G-R-E-A-T. Sí. Más que great. Más. Destiñes las nubes grises. Haces que rompa el tiempo con la risa que me obligas a descorchar. Y creo que eso que llaman cielo debería parecerse a tus abrazos.
Tengo una sirena que me canta en las noches largas. Las malas costumbres siempre vuelven según ella. Estoy tan malcriada.
Zorra salvaje, nunca deshace el equipaje. Así debería de ser. Debería.
Y aquí sigo. Esto no es lo que te mereces. Yo quiero más. Más. Empaparte los iris de melodías. Mecerte en los brazos de gigantes.Abrirte las puertas del ático.Ser tuya. Ser vuestra.
Quizás sea arriesgar demasiado. Podría perder todas las gallinas por contemplar el trigo. Esperándote.Extrañándote.Ser una zorra desnutrida. Asténica. Fácil presa de los cazadores.
¿Y perderme el momento de verte aparecer por el horizonte?
Que sí. Que si vuelvo; que si he vuelto, es por ti. Sin quererlo. Por tí.
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