- ¿ Cuánto tiempo caminarás conmigo?
- Hasta que me canse.
- ¿De andar?
- No. De ti.
-¿Será pronto?
- No lo sabremos hasta que sea mañana.
-No quiero caminar sola.
- Lo hacías. Cuando te conocí creí que eras fuerte.
- Pero llegaste tú.
- Te dije que no te acostumbraras a mi.
- No puedo evitarlo. Los pasos se hacen ligeros cuando te tengo. Aunque a veces me das miedo.
- ¿Yo?
- Si. Tus pupilas son enormes. Me siento débil con ellas.
- ¿ Y qué me diagnostícas?
- Sólo conozco dos razones. La primera que todos tenga razón al juzgarte y seas un puto yonki. La segunda es sólo una teoría. Dicen que cuando miras algo que te gusta realmente las pupilas se te dilatan.
- ... [no dijo palabras, ni siquiera sonrió. Me quemaba]
- ¿Me invitarás a algo?
- ¿Por qué?
-Por darte el placer de contemplarme.
- ¿Acaso tú no sientes lo mismo al mirarme?
- Puede. Pero mis pupilas no me delatan.

No hay comentarios:
Publicar un comentario