Me desgarran las armas que colgaste de mis órganos al irte. Me puede el dolor precordial. Se me olvidan horrorosas veces al día que ya no estás. Y para nunca. Que no podré encontrarte por mucho que busque bajo todas las camas. Que ya no debo tener cuidado al caminar a oscuras. Voy a escribirte hasta que dejes de doler, hasta que dejes de pesar, es decir: nunca. Serás mi musa. Siempre lo fuiste.
Nadie más podrá reinar.
Tuve que ver cómo a mi Principito le mordía la serpiente. Y yo sólo quiero abrazar su cuerpo frágil. Mecerla con su nana. Pero ya no es más que polvo. O esa soy yo. No lo sé.
El papel fotográfico no tiene tu tacto. Y no podré perdonarme no saber describirlo.
Hay tantas palabras que ya jamás podré volver a repetir.
Te las quedaste todas mi vida. Te las has quedado todas.
"La muerte ya no asusta, tengo arriba a quien me espera."
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