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Intenté escapar de las palabras. Quería crecer. Tal vez lo haga con ellas. O tal vez agarre la mano de Peter para siempre.
No aguanté. No sé si ellas me pertenecen o yo les pertenezco a ellas. Me tienen calada.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Un placer. Y mil besos

La despedida es tan dulce pena que diré buenas noches hasta que amanezca
Necesito resetearme. Y bueno. Creo que será una buena idea. Me siento extrañamente libre.
No diré adiós porque nunca lo hago. Hasta pronto.
Ni siquiera una despedida en condiciones. Lo siento.
Creo que hablo sola.

1 comentario:

  1. Un día me dijiste que cómo se me ocurría borrar todas mis entrañas digitales de un plumazo, que había cosas demasiado grandes como para destruirlo todo sin razón.

    Hoy, tengo que echarte en cara esa frase a tí. Porque me duele, de verdad. Como si un dedo gordo del pie me faltara, y no pudiera caminar sin un leve pero molesto cojeo.

    ¿Sabes? Soy un fanático de las buenas entradas, de las letras escritas con sentimiento y libertad. Y bueno, tú tienes muchas de esas...

    Un abrazo, de los bonitos. ^^

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