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Intenté escapar de las palabras. Quería crecer. Tal vez lo haga con ellas. O tal vez agarre la mano de Peter para siempre.
No aguanté. No sé si ellas me pertenecen o yo les pertenezco a ellas. Me tienen calada.

domingo, 1 de enero de 2012

Mi reina. Y mi ruina

"De nuevo me sentí helado por la sensación de lo irreparable. Y comprendí que no soportaría la idea de no oír nunca más su risa. Era para mí como una fuente en el desierto"
Eso  me pasa. Cambia risa por ronroneo. 
Estaba escribiendo algo bonito. Positivo. Quería escribir mi necesaria balanza. La que hago cada año. Quería decirle al 2011 que le quería. Que le amaba. A pesar de los pesares. Mi año montaña rusa. Con caídas libres. Roces con el cielo. Loopings. Y vueltas. Pero siempre esa sensación. De querer repetirlo eternamente. Quería decir que al final siempre me quedo con lo bueno. Que la balanza había hablado por sí sola inclinándose descaradamente hacia lo incandescente. Como a mi tanto me gusta. Que cada año al fin y al cabo tengo la sensación de que es ese el mejor de mi vida. Y creo que eso es precioso. Imagínate cuando tenga 89. Pero no puedo mentir. Un sólo día puede cambiarlo todo. Y no recordaba esa clase de dolor. Mi puzzle. Ayer le dieron un golpe a mi puzzle. 
He crecido mucho. Y por suerte no más de altura. La palmera que se dobla pero aguanta el huracán. En eso tengo que pensar. Porque sé que cuando algo se desea de veras todo el universo conspira. Soy una buena chica. El Karma no puede hacerme eso. Y le rezo a alguien en quien no creo como todos creen. Y le ofreceré promesas. Pactos. Y lo que sea necesario. Porque la necesito. Sé que no todos pueden entenderlo. No me preocupa. Nadie lo ha vivido. Nadie la ha tenido. Nadie sabe lo que es que te despierte cada mañana. Y mover las piernas cuando duermes y notarla ahí. Que tenga una pesadilla se meta contigo dentro de la cama y notarla contra tu barriga. Trece años conmigo. Desde los siete míos. Ella es mi infancia. Mi adolescencia. Y mi casi edad adulta. Ella soy yo. Me ha dado más lecciones que muchos ilustres. No existe el equilibrio si no la tengo a mi vera. Como ahora. La genética se lució. El genotipo y fenotipo perfecto. Y eso que no era ella a por quien fuimos. Luego quieren que no crea en el destino. Sé que no será inmortal. Ni yo tampoco. Pero ella es mi bicentenaria. Ambas lo seremos. Mi compañera de estudios. Mi hija. Mi hermana. Mi amiga. Y mi madre. Mi risa. Mi ternura. Y el amor de mi vida. 
Aquí intercambiamos los papeles. Yo soy el animal. Y ella la persona. Yo soy la zorra. Y ella mi Principito.
 No puedo decir feliz 2012. Todavía no puede serlo. Pero lo será. Lo será. Tiene que serlo. Y entonces volveré a contar [te,os] que no tengo propósitos de año. Pero quiero que mi máxima sea que nada es tan urgente, nena, nada tan importante, nada merece más la pena que el instante que tenemos delante y el siguiente y la oportunidad de hacerlo diferente. En esta casa somos chicas fuertes. Mucho. Ella lo es. Será nuestro Renacimiento. 

Has colgado tu bandera traspasado la frontera, eres la reina. Siempre reinarás,siempre reinarás. No puedo vivir sin ti, no hay manera. No puedo estar sin ti, no hay manera.

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